viernes, 24 de noviembre de 2006

El quinto centenario de la Catedral coincide con su salvación como monumento.

La Catedral de Sevilla se deshacía, literalmente. Advertencias de los expertos, alertas de la Unesco,... se sucedían mientras seguían vertiéndose toneladas diarias de contaminación sobre sus venerables piedras. Piedras que han resistido siglos, con los cataclismos propio de la historia, pero que estaban a punto de perder la batalla contra el enloquecido tráfico urbano de finales del siglo XX. Un pueblo culto, sensible al arte, orgulloso de su pasado, no puede permitir semejante desafuero impasiblemente. Cada día que pasaba, estábamos más cerca de ser señalados como bárbaros por las generaciones futuras de sevillanos. Por eso, cuando la autoridad de la ciudad tomó la decisión de aplicar de una vez por todas lo que tanto se había anunciado y debatido, la inmensa mayoría de los ciudadanos apoyaron sensatamente la decisión. Es contradictorio ser un amante de la historia y las tradiciones de Sevilla, de su personalidad, y al mismo tiempo contribuir a la degradación de su patrimonio por el empeño de llegar en coche hasta la misma puerta de su comercio o cafetería favorita.

De esta necesidad de salvar nuestro patrimonio, ha nacido la virtud de hacer de la Avenida uno de los paseos más hermosos que se pudieran concebir. Junto al mejor “cahíz de tierra del mundo”, al pié de la catedral, que es un símbolo no de Sevilla sino de la cultura occidental, con sombra, bancos, árboles (naranjos, árboles de las orquídeas y robinias), espacio para el paseo, para el ocio, para vivir y disfrutar la ciudad. Uno de los más hermosos de Europa.
Más datos,aquí:
http://smsevilla.blogspot.com/2006/08/informe-de-la-unesco.html
http://smsevilla.blogspot.com/2006/08/cdigo-rojo-en-la-avenida.html
http://smsevilla.blogspot.com/2006/08/asociacin-de-vecinos-torre-del-oro.html