domingo, 16 de julio de 2006

SEVILLA Y LAS HERMANDADES.


Qué sorprendente, a ojos de observadores exteriores poco avisados, deben resultar hechos como la presencia frecuente de la Corporación Municipal en numerosos actos de culto realizados por las Hermandades y Cofradías de Sevilla: presidencia honoraria de Hermandades, otorgamiento de Medallas de la Ciudad, asistencia a procesiones,..... Y es que habiendo establecido de manera clara nuestra Constitución la tan deseada separación entre el Estado y la Iglesia, ¿Cómo puede entenderse que el Ayuntamiento, como órgano aconfesional se involucre de este modo en lo que son instituciones eclesiales de culto público? Difícil materia exponer de manera clara ante ese hipotético foráneo la solución a esta ecuación.

No parece necesario hacer hincapié en lo diferente que es el papel que juega en esta cuestión una Corporación Municipal de la democracia en contraste, por ejemplo, con el “uso indebido” realizado por el nacionalcatolicismo del mundo de la religiosidad popular. La presencia de la autoridad democrática en estos eventos es de origen opuesto, y proviene de su mismo carácter representativo: escenifica la evidencia de que en Sevilla es el conjunto de los ciudadanos el que de forma generalizada se adhiere a este tipo de manifestaciones, como bien puede comprobarse a pié de calle en los días de Semana Santa. Todo ello sin menoscabo, por supuesto, al respeto que merecen otros sevillanos de creencias diversas.