La democracia, nuestra patria:aquel 23-F.
Yo estaba en la segunda planta de la sede del PSOE,entonces en la calle Placentines como la del PSP, trabajando con otros compañeros en la ofcina técnica desde la que asesorabamos a los neófitos ayuntamientos democráticos gobernados por los socialistas en nuestra provincia. Mientras ,en la puerta del piso, el compañero que atendía el teléfono, Pepe de Pablo, escuchaba la radio que retransmitía en directo la investidura de Leopoldo Calvo Sotelo. Lo acompañaba un policía nacional que tenía la orden del gobernador civil de estar allí porque días antes ETA había amenazado con atentar contra los partidos políticos y contra el PSOE, específicamente. Estaban escuchando la votación y sonaron los disparos... enseguida todos nos fuimos hacia la radio... Recuerdo que el policía nacional no hacía otra cosa que subir y bajar las escaleras, nervioso... y le preguntamos:’¿Qué pasa?’. ‘Que no sé si me van a mandar deteneros o protegeros’, nos contestó.
Era un momento de desconcierto total, en el que lo único que se nos ocurrió fue esconder los archivos por si iban a la sede que no los descubrieran, que las fichas de los compañeros no sirvieran para una posible represión. Lo mismo hicieron otros muchos, como Josele Amores. Nada más esconder los ficheros en un lugar seguro me marché hacia Burguillos donde nos reunimos el alcalde y varios concejales del Ayuntamiento. Una inconsciencia, visto ahora con el paso de los años, quizás no teníamos que habernos encerrado allí (éramos tan jóvenes...). Nos enteramos después que pudo pasarnos de todo: en el cuartel de la Guardia Civil se habían presentado varias personas reclamando armas para ayudar a detenernos o quién sabe para qué.