miércoles, 26 de julio de 2006

Aquellos primeros mitines.

Ya lo he escrito antes. No me acuerdo cuando dí el primero, porque eso se hace poco a poco. Primero intervienes en una taberna de pueblo, en el salón de un bar, luego en un local más grande, incluso con el televisor puesto... hasta que luego hablas delante de doscientas personas, después de quinientas, luego de mil..., en fin, he participado después en mítines con Felipe González y con Jose Luis Rodríguez Zapatero ante decenas de miles. A mí me tocaba unas veces de telonero, otras de joven de la película, otras como el universitario... Siempre en esos mítines estaba la figura del viejo militante, la generación intermedia y luego el joven militante: el chaval. Ése era casi siempre mi papel en esos primeros mítines.

En uno de mis estrenos como mitinero, un gesto de Alfonso Guerra me tranquilizó y me aportó seguridad. Él cuando subía a un escenario, lo dominaba todo. Esa vez, andaba yo por ahí, muy inquieto, y se me acercó. Me dijo:’¿Cómo estás?’. ‘Muy nervioso’, le dije,’... y tú?’. ‘Yo..., yo no sé ni qué voy a decir’. Y era verdad, ví que también él estaba nervioso. Pero subió al escenario y como si nada.Ahora,cuando noto que alguien, novato, suspira inquieto poco antes de subir a la tribuna, me acuerdo de aquél día y le digo: "no te preocupes,eso nos pasa a todos... pero sólo las mil primeras veces".