María Zambrano dijo
María Zambrano dijo:
“ Una ciudad es también una arquitectura, un hablar, unas tradiciones religiosas y profanas, unas costumbres, un estilo y hasta una cocina: un orbe entero que lo contiene todo; un sistema de vida. Un lugar privilegiado, una luz que le es propia, un paisaje.
Y es también una ciudad un rumor que resuena por plazas y calles; unos silencios que se estabilizan en lugares de donde nada puede romperlos; un tono en las voces de sus habitantes y una especial cadencia en su hablar; una altura en los edificios y un modo de estar plantada en el lugar que le es propio.”
La Sevilla que queremos representa fielmente ese modelo de ciudad que decía la filósofa malagueña. Y especialmente su centro histórico, el lugar que no sólo le sirve como referencia en el mundo, sino también como referencia de sus propios ciudadanos, que vivan en la parte de Sevilla donde vivan, tienen en el centro histórico sus escenario común de encuentro.
Nuestras plazas especialmente, son los lugares más cargados de simbolismo, de capacidad de identificación y de apropiación ciudadana que existen en la ciudad. Representan el encuentro con el otro y con el lugar, por eso son los principales referentes de la memoria colectiva, sirven de manera decisiva ala estructuración y reconocimiento de la ciudad. Unas plazas y espacios públicos de calidad, en la ciudad histórica o en un barrio, fortalecen la personalidad propia de cada lugar, el sentimiento de unión de los vecinos con su propio entorno urbano. De esta manera favorece la afinidad vecinal que sentimos con el propio barrio.
Esto no es anecdótico, sino fundamental en la manera que tenemos los sevillanos de entender nuestra ciudad.
La ciudad democrática, al contrario de la ciudad dual, la ciudad segregada por las desigualdades, se construye desde una perspectiva de integración urbana, social y cultural. En esa tarea el papel de los espacios públicos, de las plazas, es crucial.
Por todo ello estamos ante una de nuestras prioridades urbanas, y en coherencia con este planteamiento estamos actuando. Numerosos plazas están siendo ya objeto de renovación. Es ilusionante comprobar como mes a mes, semana a semana y día a día nuestra ciudad está construyendo ese sueño que es su futuro. Un sueño compuesto por grandes proyectos transformadores, públicos y privados, y también de obras y realizaciones a pie de calle, que miran a la piel de la propia ciudad y que tienen como objetivo su humanización: la ciudad de las personas. Por todo ello es una gran ocasión esta en la que se pone en marcha una acción clave como son la obras que servirán para convertir este espacio en entrañable en un lugar mucho más hermoso y amable, emblema de la manera que tenemos de entender a nuestra ciudad y del urbanismo humanista que estamos desarrollando en Sevilla.