domingo, 29 de octubre de 2006

No hay desarrollo sin solidaridad


Yo creo firmemente que no hay libertad sin desarrollo, y que no hay verdadero desarrollo sin solidaridad. En ella tenemos la principal palanca para remover las lacras de la injusticia, la explotación, la exclusión social, ... y ello no sólo en países alejados o en lugares remotos. En nuestra misma ciudad existen barrios y enclaves profundamente deprimidos, territorios bien abonados para el círculo infernal de falta de perspectivas, droga, delincuencia y marginación.
En la ciudad debe haber sitio para todos. Insisto, sitio para todos. No imagino una Sevilla segmentada en enclaves, dividida estrictamente en sectores, marginando a los mas desfavorecidos a no se sabe que territorios olvidados, lejos de nosotros, lejos de la ciudad.
Por eso es tan importante la tarea de todas las personas y las entidades que, desde uno u otro punto de vista, desde una u otra ocupación, hagan de la solidaridad con los demás su compromiso, y lo ejerzan de manera proactiva.