Maestros
El Partido Socialista, desde su fundación en 1897 mostró siempre una preocupación por los temas relativos a la enseñanza y, de hecho, en su primer programa se plantea “la creación de escuelas gratuitas para la primera enseñanza y de escuelas profesionales, en cuyos establecimientos la instrucción y educación serán laicas”.
En esos años el índice de analfabetismo es muy alto y la enseñanza se encuentra en una pésima situación. Además, para muchos socialistas la primera Guerra Mundial ha demostrado el fracaso de la llamada escuela capitalista, reafirmándose en la idea de construir un sistema escolar basado en los valores humanitarios, pacifistas y solidarios.
Las Casas del Pueblo y los Centros Obreros comienzan a ofrecer a los hijos de sus afiliados la posibilidad de realizar estudios en su propias escuelas.
Por otra parte se van creando escuelas en todo el territorio nacional aunque con escasos medios económicos. Los aspirantes a cubrir las plazas de enseñantes debían cumplir, entre otros requisitos, estar en posesión del título de maestro y, en la mayoría de los casos, a pasar por un tribunal entre cuyos miembros se encuentran algunos pertenecientes a la Asociación de Profesores Racionalistas, que fue fundada por UGT en 1909 y conformada por maestros y maestras de las escuelas socialistas de Madrid.
Esta Asociación no alcanzó la meta de asociar a todos los profesores de escuelas públicas, lo que supuso su práctica desaparición en 1919.
En ese momento se produce la refundición de la Asociación General de Maestros, entidad de carácter más amplio que abarcaba a maestros públicos y privados.
El resurgimiento de la AGM se produce, pues, en ese año y queda adscrita a la UGT.
Durante la celebración de XIV Congreso de la UGT en 1920, la AGM adquiere una relevancia muy significativa, ya que su ponencia sobre la enseñanza es aprobada por unanimidad y se convierte en el programa oficial de enseñanza de UGT durante muchos años.
En este Congreso se afirma que la enseñanza pública debe basarse en “el derecho de todos y cada uno de los hombres al máximo de educación de que sean capaces y a los medios necesarios para poder alcanzarla plenamente”.
La llegada de la Dictadura de Primo de Rivera llevó a la Asociación a una etapa de profunda crisis, estando a punto de desaparecer, por la pérdida de afiliados y la consiguiente pérdida económica. Ante la imposibilidad de continuar con su labor sindical, debido al control ideológico de la enseñanza por parte de la Dictadura, la AGM se refugia en la Internacional de Trabajadores de la Enseñanza.
En junio de 1931 nació la Federación Nacional de Trabajadores de la Enseñanza de UGT, momento en que la Agrupación General de Maestros abandona sus siglas.
Durante la República se produce una importante presencia de mujeres en el Sindicato, ocupando puestos muy relevantes.
En el año 1933 la FETE contaba con 35 secciones y 4.482 afiliados, aumentando a 6.000 en 1934. Esta afiliación conllevaba la existencia de miembros de diversas tendencias políticas lo que originó la división en dos bloques, uno reformista y otro revolucionario.
A su vez, dan lugar a que la FETE esté afiliada a dos Internacionales de la enseñanza y los partidarios de pertenecer a la ITE se convierten en corriente interna, en una especie de sindicato a la sombra.
La guerra supuso para la FETE la conversión en el gran sindicato de la enseñanza, por la fusión con antiguas asociaciones profesionales de magisterio, pero constituyó un momento de profunda crisis.
Llegó a tener hasta 30.000 afiliados y se estructuraba de forma jerárquica y centralista, caracterizado por la prestación de diferentes servicios, impulsando un modelo de enseñanza caracterizado por el antifascismo.
Una de sus iniciativas mejor valoradas por la República fueron las Milicias de la Cultura, que tenían como objetivo la educación del soldado en su sentido más formal y en su dimensión formativo ideológica, además de combatir el analfabetismo en la retaguardia.
El final de la guerra supuso la represión y el exilio de los militantes de la FETE. Cerca de 2.000 afiliados cruzaron la frontera francesa. Tanto en este país como en México se mantuvo viva la llama de la Federación.
Así, en México se fija la sede de la Comisión Ejecutiva y se forman también dos grupos.
La Asamblea de reconstitución de la FETE se produce en 1945 aunque el grupo que queda en Francia vive sus momentos finales en 1949. Además, existían la FETE de París y la FETE de Toulouse.
En el XI Congreso de UGT se produce la reconstrucción de la FETE en España y el traslado de la dirección a España.En enero de 1972, en la Asamblea celebrada en Sevilla se produce la refundición de la FETE encuadrada dentro de la UGT.
En el XII Congreso de la UGT se aprobó la Declaración Socialista sobre la Enseñanza, en torno a la que giraría la base de la propuesta educativa del sindicato hasta finales de la década de los 70.
El V Congreso de la FETE celebrado de forma semiclandestina en Cádiz, en 1976 supuso el arranque de su historia más reciente. Así, aprobó sus estatutos y en febrero de 1978 adquirió personalidad jurídica.